Dantesco enfrentamiento en colonia de Curuguaty

Seis policías del GEO y nueve “sintierras” murieron ayer en enfrentamiento en una propiedad del exsenador colorado Blas N. Riquelme. Ocurrió a 35 kilómetros del centro de Curuguaty, Dpto. de Canindeyú. Hubo más muertos que en el “Marzo Paraguayo”.

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CURUGUATY (Pablo Medina y Rosendo Duarte, corresponsales; Iván Leguizamón, Carlos Schatebehk y Francisco Mendoza, enviados especiales). La masacre ocurrió aproximadamente a las 07:30, dentro del predio de la firma “Campos Morombí”, a 1.600 metros de la Ruta X “Las Residentas”, del Km. 282.

El procedimiento fue encabezado por el director de la Cuarta Zona Policial, comisario general inspector Arnaldo Sanabria; el jefe de Policía de Canindeyú, comisario principal Pablino Vera; y el jefe de Orden y Seguridad de este departamento, comisario principal Miguel Anoni. Estaban a cargo de un contingente de 250 efectivos del Grupo Especial de Operaciones (GEO), pelotones antidisturbios y personal de orden público.

La comitiva fue acompañada por los fiscales Diosnel Giménez y Ninfa Aguilar, quienes tenían en su poder una orden de allanamiento firmada por el juez penal de garantías de Curuguaty, José Benítez.

El magistrado aclaró que el operativo debía consistir en la identificación de personas extrañas en el inmueble e incautación de armas.

La comitiva fiscal-policial arribó a la propiedad de más de 2.000 hectáreas, donde estaban acampados unos 150 invasores que se instalaron hace un mes.

En principio, el ambiente parecía tranquilo, ya que la nutrida dotación policial se creía iba a ser suficiente para controlar cualquier intento de resistencia de los ocupantes. Incluso, uno de los helicópteros Robinson Raven de la institución también sobrevoló la zona antes del inicio del operativo, de modo preventivo.

Los uniformados se detuvieron a unos 1.000 metros antes de donde estaba situado el campamento de los invasores. El subcomisario Erven Lovera Ortiz y el oficial inspector Osvaldo Sánchez, jefe y subjefe del GEO de Alto Paraná, respectivamente, se acercaron a los supuestos campesinos para intentar entablar un diálogo y así convencerlos de abandonar pacíficamente la propiedad. Los uniformados ni siquiera prepararon sus pistolas, creídos de que no sería necesaria la utilización de la fuerza. Sin embargo, cuando llegaron al campamento y hablaron a los líderes invasores, se inició una breve discusión que rápidamente derivó en una balacera.

Uno de los “sintierras”, armado con una escopeta, y otro con un revólver calibre 40, balearon a quemarropa a Lovera y Sánchez en la cabeza, quienes cayeron muertos en el acto.

Para cuando los demás policías quisieron reaccionar, los ocupantes ilegales comenzaron a aparecer en medio del monte y desde lugares estratégicamente preparados también siguieron con la emboscada al contingente policial, que quedó rodeado.

Los gritos de socorro de los demás policías heridos alertaron a sus camaradas a avanzar hacia la ubicación de los invasores, que seguían disparando, incluso contra el helicóptero que sobrevolaba la zona.

Luego de 30 minutos de consecutivos enfrentamientos, los campesinos sobrevivientes huyeron hacia el fondo de la propiedad y se perdieron en medio del monte. Al final de la refriega, la escena era dantesca, con cuerpos por todos lados. Según datos, los campesinos tuvieron entrenamiento armado, supuestamente del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), e incluso se sospecha que integrantes del grupo criminal estaban infiltrados entre ellos. Además, de acuerdo a los policías, los “sintierras” dispararon varias veces contra el helicóptero que sobrevolaba la zona.

Esta situación fue aprovechada por los uniformados para controlar el lugar y rescatar a sus heridos y caídos. Hasta anoche, se hablaba de que había más cuerpos de campesinos en el monte, pero recién para hoy se anuncian más incursiones.

Después de trascender el hecho, la cúpula policial ordenó reforzar el operativo con personal de las jefaturas aledañas y de Asunción.

Sin embargo, la operación se detuvo hasta evacuar a los heridos y transportar los cadáveres, vía aérea. Los policías se retiraron del lugar alrededor de las 13:30.

Intentamos conocer más datos de los campesinos fallecidos, pero los intervinientes apenas lograron identificarlos.

Luto en Quiindy

La muerte del subcomisario Erver Lovera Ortiz, jefe de Grupo Especial de Operaciones (GEO), conmocionó a los pobladores de esta ciudad, de donde es oriundo. La Municipalidad declaró tres días de duelo distrital.

La familia de Lovera vive en la compañía Costa Irala, ubicada a 12 kilómetros del radio urbano. Es hijo de un agricultor de nombre Sicinio Lovera y de la profesora Nonita Ortiz de Lovera. Se casó con María Estela Meza, ybycuiense, con quien tuvo 3 hijos: Stella Marys, Sofía y Lucas, todos menores de edad.

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